Mujeres y Megaminería



Galeano nos habla de una mujer que nunca creyó que “…a la mujer que piensa se le secan los ovarios. Nace mujer para producir leche y lágrimas, no ideas; y no para vivir la vida sino para espiarla detrás de las ventanas a medio cerrar”. Una mujer multiplicada en cientos, miles, millones. Mujeres que ponemos nuestros cuerpos, nuestros pensamientos, nuestras emociones y nuestras acciones para resistir un modelo de maldesarrollo que nos atraviesa, así como atraviesa los vastos territorios que habitamos de norte a sur en esta América Latina. Organizando gritos y fiestas, las mujeres hacemos nuestra la esperanza de recobrar la profundidad de la vida y de la naturaleza. Por eso abrazo admirada a todas las que estamos en las calles portando los NO a la MEGAMINERÍA. Mujeres de distintas provincias del país, de distintas creencias, con distintos recursos económicos, de distintas etnias, con distintas tareas o profesiones, con rostros juveniles y otros muy arrugados. Podemos identificar muchos impactos negativos en nuestras vidas en aquellos territorios donde a los ya históricos derechos vulnerados que sufrimos, se suman otros generados por actividades basadas en la destrucción irresponsable y la contaminación a gran escala y a largo plazo. Frente a ello, nuestra ansiada fortaleza no es otra que la defensa de la vida, para algunos sólo slogan o ideario místico, para nosotras, verdadero nutriente de este día, del de ayer y del de mañana. Dignificadas portando un “aquí estamos”, junto a muchos otros, tejiendo con esfuerzo y valentía otras tramas de vida, porque somos desde esa ética del cuidado, cuidado de mí y del otro, de mis crías, de mis semejantes y mis diversos, de mis presentes y de otros futuros pensados y elegidos para transitar. 


Marisa Bilder

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